Diario de campaña 1: Castle Caldwell

20 de Vatermont del año 1000

Golthar, un líder menor del Anillo de Hierro encarga a Kälän Dräkäs que se gane la confianza de Umbral Blindado, un enano que no tendría mayor importancia si no fuera porque es el hijo de Umbrol Blindado, el mejor herrero especializado en fabricación de armas mágicas del Ducado. Casi todos los magos acuden a él cuando quieren crear un arma mágica.

Umbral, el hijo, ha decidido recientemente ir de aventuras para conocer mundo. El Anillo de Hierro se ha enterado de esta información y ha encargado a Kälän Dräkäs que se gane la confianza del hijo para llegar a conocer al padre, y si puede ser, establecerse cerca de él. Llegado ese momento, Kälän Dräkäs sería el espía para el Anillo de Hierro que informaría al gremio de todas las actividades y visitas del herrero. Para no despertar suspicacias, Golthar le ha dicho que el Anillo de Hierro no tiene prisa en esta misión. El anillo trabaja lento, pero seguro. Puedo tardar entre uno y tres años en llegar al padre de Umbral. No hay prisa.

Es una misión de mucha responsabilidad para alguien tan joven como Kälän Dräkäs, pero el gremio confía en él. Su padre era muy bueno y el Anillo de Hierro piensa que Kälän Dräkäs llegará a serlo también. Pero tiene que demostrárselo. Esta es su primera misión importante para la organización.

Kälän Dräkäs, ladrón del Anillo de Hierro


1 de Thaumont del año 1000

Siguiendo las instrucciones que le encomendó el Anillo de Hierro, Kälän Dräkäs viaja hasta la villa de Threshold para hacerse "amigo" del joven enano Umbral Blindado y sonsacarle información sobre su padre. No le fue difícil encontrarle, a las pocas horas de llegar a Threshold y tras recorrer las tabernas de la villa, lo localizó medio borracho en una de ellas. El enano estaba acompañado por su fiel perra "Fofi" y se había juntado con otro guerrero llamado Gulag Smirnoff, un aventurero buscavidas, rico diletante y un tanto lúgubre de aspecto. Kälän Dräkäs se hizo fácilmente con la confianza de los dos y tras invitarles a unas jarras de cerveza y contarles alguna que otra farsa sobre sus ansias de aventuras le invitaron a unirse a su grupo.

No tardaron en encontrar su primer trabajillo. A los pocos días de conocerse, tomando unas jarras de cerveza en la Taberna del Ogro Malabarista, les propusieron algo interesante. Un importante mercader local llamado Clifton Caldwell necesitaba a un grupo de tipos duros para desalojar un castillo cercano, el antiguo Castillo de las Antillas, que había adquirido recientemente con los ahorros de toda su vida. Parece ser que su nueva propiedad estaba ocupada por unos molestos goblins que le impedían mudarse a su nuevo hogar y el grupo debía desalojarlos a cambio de 100 monedas de oro por cabeza. Clifton Caldwell les comentó preocupado que anteriormente había contratado a otro grupo de aventureros, pero que no tenía noticias de ellos desde que partieron hacia el castillo. Ya habían pasado muchos días y Caldwell temía que les hubiera pasado algo terrible. Caldwell les dio una bolsa con 50 monedas de oro y una espada a cada uno. El resto de monedas al terminar el trabajo.

Después de descansar la tarde en Threshold ensillaron sus corceles, prepararon su equipo de viaje y partieron hacia su destino, entrada la media noche. Resguardados por las estrellas viajaron raudos hacia el suroeste siguiendo el camino principal del sur de Threshold. Llegaron rápido y sin contratiempos al sendero del castillo y se adentraron en él, atravesando las escarpadas montañas en dirección suroeste. A las 6 horas de viaje acamparon para reponer fuerzas y dar descanso a sus monturas, tras lo cual retomaron el sendero hacia su destino acompañados por la fría mañana.


2 de Thaumont del año 1000

Al rato de continuar por el sendero, casi llegando a su destino, los caballos se alteraron al ver dos enormes arañas viudas negras descender rápidamente por un árbol a un lado del camino. Sus ojos eran rojos como el fuego y sus patas, peludas. Medían más de dos palmos y se movían rápidamente saltando de entre las piedras hacia el grupo. Emitiendo un chillido siseante, una de ellas se lanzó sobre la montura del enano y la otra sobre su perra. Kälän Dräkäs, instintivamente, tomó su ballesta ligera y apuntó a una de ellas. Cuando la tuvo a tiro, disparó atravesando su abdomen con el proyectil del cual surgió un líquido verde. Chilló de nuevo pero esto no la detuvo y trepó por una de las patas de la montura del enano. Asombrado, Kälän Dräkäs volvio a cargar la ballesta con una saeta mientras intentaba calmar a su montura tirando de las riendas. Mientras, Gulag Smirnoff disparó otra saeta a la araña que intentaba clavarle los colmillos envenenados a "Fofi". Gulag acertó de pleno con su proyectil dejándola clavada al suelo entre estertores y siseos. Umbral Blindado controló a su caballo y apartó de un espadazo a la viuda negra que le subía por el lomo intentando inyectarle su letal veneno. Esta estalló contra el tronco de un árbol dejando al aire todas sus entrañas. Los cuerpos de las dos arañas yacían en el suelo. Kälän Dräkäs recuperó sus saetas y emponzoñó diez de ellas con los jugos viscosos que rezumaban de los cuerpos muertos de las arañas.

Continuaron el viaje y en poco tiempo empezaron a entrever en la lejanía las paredes de piedra del castillo. Kälän Dräkäs desmontó de su caballo de un salto y lo ató entre unos arbustos cercanos. Solamente había un camino elevado en la montaña que conducía al Castillo de las Antillas. Decidieron dejar sus monturas en la entrada del camino elevado y acercarse sigilosamente al castillo.

Al llegar a la entrada, Kälän Dräkäs se acercó sigilosamente escondiéndose entre las rocas y la maleza del lugar. La zona estaba infestada de goblins. Dos custodiaban la puerta y Kälän Dräkäs vió, tras las ventanas del castillo, que había muchos más en el interior. Umbral y Gulag estaban preparados. Kälän Dräkäs cargó la ballesta y apuntó a uno de los guardias goblins de la entrada. Dió la señal desde su escondite y tres saetas salieron disparadas de las ballestas. Más los disparos fallaron, llamando la atención de los goblins.

Las puertas del Castillo se abrieron de par en par emitiendo un terrible estruendo y del interior salieron 40 goblins armados con espadas oxidadas, aullando como demonios enloquecidos. Kälän Dräkäs retrocedió hasta el sendero elevado mientras disparaba y cargaba saetas en su ballesta. Gulag y el enano Umbral avanzaron raudos con sus armas desenvainadas cargando contra la horda. La Fofi, a la orden de Umbral, vino al encuentro de Kälän Dräkäs saltando a la garganta de uno de los monstruos y Kälän Dräkäs pudo escabullirse del ataque de éste. Al llegar a la altura de sus compañeros, Kälän Dräkäs soltó su ballesta, desenfundando su espada y el grupo se preparó para recibir la ola de goblins. En esa posición no les podrían atacar todos los demonios verdes a la vez, pero mantenerla no les resultaría fácil.

La horda chocó contra el grupo y del choque de las espadas y armaduras surgieron chispas y sangre roja y verde. La pelea fue cruelmente encarnizada. Gulag empezó a desmembrar trasgos con su espada. Cabezas y miembros de trasgo volaron y Umbral y Kälän Dräkäs hicieron otro tanto de lo mismo. Escenas dantescas se entrecruzaron con los gritos de los goblins. La perra Fofi murió a manos de los trasgos. Umbral gritó desesperado al verlo y enloqueció lanzándose sobre los trasgos que dieron muerte a su querida perra.

Pronto, una montaña de trasgos yacían agonizando, otros rodaban muertos por la pendiente del camino y un cuerno sonó cortando el aire con un sonido siniestro y desafinado. Los trasgos retrocedieron a la orden de su jefe.

Gulag, Kälän Dräkäs y Umbral Blindado seguían vivos; heridos pero vivos y los trasgos que seguían en pié huían hacia el castillo. Los dioses de la fortuna les sonrieron. Avanzaron hacia la puerta de la fortaleza atacando a los goblins que se cruzaban en su camino. La puerta se cerró con el mismo estruendo con la que se abrió. Aún quedaban muchos goblins tras los muros.

Kälän Dräkäs, utilizando su cuerda con el gancho, trepó rápidamente por la muralla hasta llegar al techo del castillo, mientras Gulag y Umbral intentaban en vano echar la puerta abajo. Una lluvia de flechas surgida de los saeteros del castillo cayó sobre los dos guerreros, que no cesaban de golpear la puerta con sus armas. Kälän Dräkäs pudo ver varios huecos en el tejado que daban a varias habitaciones del castillo. Se descolgó velozmente por uno de los huecos y llegó a una habitación llena de mugre y polvo cerca de la entrada. Deslizándose en silencio y protegido por la oscuridad, salió a hurtadillas de la habitación y caminó hacia la entrada pegado a la pared en completo silencio. Gracias a los dioses los trasgos no estaban protegiendo la entrada y pudo abrir las puertas del castillo sin problemas. Gulag sonrió al ver a Kälän Dräkäs mientras se arrancaba una flecha que atravesaba su armadura y Umbral paró con su escudo dos flechas de trasgo. Adelante, gritó Kälän Dräkäs, y los tres se adentraron en el castillo encomendándose a sus dioses.


Los aventureros entraron y se encontraron con los goblins en las torres de las esquinas. Los dos grupos chocaron y del combate salieron victoriosos Umbral, Gulag y Kälän Dräkäs, matando a todos los goblins excepto unos pocos que lograron escapar bajando por el camino principal. Aunque en aquel momento no lo sabían, esos goblins robaron los caballos que los aventureros habían dejado atados al principio del camino que subía al castillo.

El grupo siguió explorando el castillo, encontrándose con un nido de Stirges, una araña cangrejo, unos escarabajos de fuego y una comadreja gigante. Finalmente, en el centro del castillo encontraron los lobos amaestrados de los goblins. De manera ingeniosa, el grupo dejo las puertas entreabiertas pero sujetas con cuerdas para que los lobos no pudieran traspasarlas. Así, el grupo cosió a flechazos a los lobos en cuestión de pocos minutos.

Trás acabar con los lobos, hallaron en uno de los aposentos interiores a un clérigo llamado Sergei Sergeiescu, único superviviente del anterior grupo que Clifton Caldwell había contratado. El grupo y su nuevo clérigo se dispusieron a explorar la única habitación que no habían logrado abrir. Pero antes, pusieron todo el tesoro que habían encontrado hasta el momento en un cofre grande que habían visto anteriormente. Éste se componía aproximadamente de 600 monedas de plata y 60 de oro, además de un libro de magia que se habían encontrado con los conjuros "leer magia" y "proyectil mágico".

Cómo la puerta parecía cerrada por medios mágicos, el grupo decidió abrirse paso directamente a través de la pared con unos picos y palas que habían encontrado anteriormente en otra sala.

Trás más de una hora picando piedra, se oyeron voces al otro lado de la puerta que gritaban en idioma goblin: "¿qué coño está pasando ahí fuera?" Al poco se oyeron pasos de más goblins que llegaban y se apelotonaban detrás de la puerta. Al pronto, abrieron ésta y los goblins salieron al encuentro del grupo, que resistió el embite y logró contener a los goblins. Durante un breve instante, vieron abrirse y cerrarse una trampilla que estaba en el centro de la habitación. Dedujeron que alguien invisible rondaba por ahí y tras unos minutos de duro combate, los aventureros lograron acabar con todos los goblins.

Antes de bajar por esa trampilla, el grupo exploró con calma la habitación, con lo que logró descubrir que la puerta cerrada mágicamente podía dejarles encerrados, ya que su peso estaba equilibrado para ir cerrandose lentamente. Así que pusieron unas piquetas en el suelo para sujetarlas. Tras esto, descendieron por la trampilla.

Unas escaleras bajaban al piso inferior, toscamente iluminado por antorchas aquí y allá. Pronto encontraron una habitación que parecía una sala de alquimista. En ella encontraron varios libros interesantes: unos tomos sobre la historia de la antigua Traladara con mapas incluidos, un diário con información sobre los diferentes clanes de goblins de los bosques y un diario del castillo en idioma traladarano. También cogieron todo el material de alquimista con la intención de venderlo posteriormente.

Tras esto, siguieron explorando el nivel inferior y encontraron una sala con un pentáculo grabado en el suelo. La sala contenía también diez sarcófagos con sus tapas encima. El grupo abrió un par de ellos, encontrándose con cientos de monedas de plata. Pero al tercer sarcófago que abrieron, salió de éste un Wight que les atacó rápidamente. Todos huyeron, menos Umbral Blindado, que se quedó protegiendo la retirada del grupo heroicamente. Umbral cayó muerto a manos de las garras del Wight.

Tras matar al enano, el Wight persiguió al resto del grupo e hirió a Kälän Dräkäs, casi mortalmente, llevándose parte de su alma. Pero a pesar de ello, Kälän Dräkäs logró subir al piso superior junto a sus compañeros. Sin embargo, Gulag Smirnoff huía muy lentamente por culpa de su armadura completa y aunque también logró subir al piso de arriba, sólo tuvo tiempo de encerrarse en la primera habitación libre. El Wight comenzó a destrozar la puerta, mientras Gulag se desprendía de su pesada armadura. Cuando Gulag se quitó la última pieza, intentó escabullirse por un agujero que había en la pared. Más no le dió tiempo. El Wight destrozó la puerta y desgarro a Gulag por la espalda, a escasos centímetros de su salvación.

Kälän Dräkäs y el clérigo Sergei Sergeiescu lograron huir.


Continuar con Diario de campaña 2: Después del Castillo de las Antillas

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