Diario de campaña 5: Rumbo a Sukiskyn

21 de Thaumont del año 1000

Kälän Dräkäs está recibiendo entrenamiento en manejo de espada por parte de Ursus, el maestro de espadas. Tras una semana de entrenamiento, el maestro llama a Kälän para comunicarle dos asuntos: uno, que aún está muy verde con la espada y que aunque tiene dominado los conceptos básicos, le falta largo tiempo de manejo de la espada para ser un luchador hábil. Le comunica que puede seguir el entrenamiento por una semana mas, si lo desea, y que más adelante estará en condiciones de mejorar sus habilidades en esgrima.

Por otra parte, le ofrece la posibilidad de un trabajo a Kälän Dräkäs, así como a sus dos compañeros de estudios, el enano Khanabonim y Rogelio Despeñaperros, el bardo. Ursus les presenta a los tres alumnos a Stephan, un viejo conocido suyo. Stephan vive en Sukiskyn, un caserío a dos días de viaje hacia el sureste de Kelvin. Los de su clan se dedican a capturar caballos y domarlos, para posteriormente, venderlos. Recientemente, han tenido la fortuna de encontrar una manada completa de caballos blancos puros. Piensan que pueden hacer un buen negocio con ellos, pero necesitan alguna espada para protegerlos durante el viaje de trayecto hasta sus compradores.

Stephan, morador de Sukiskyn


Stephan hace la oferta a los tres estudiantes de espada y les dice que si conocen a alguien más, puede sumarse. Kälän Dräkäs le responde que tiene dos amigos que pueden ser muy valiosos. Uno es fuerte como un oso y el otro es un elfo, cuya ayuda mágica será de gran valor. A Stephan le parece bien y les ofrece la suma de 500 reales en total: 100 por cabeza. Kälän Dräkäs intenta negociar un caballo extra para cada uno, pero Stephan no sube su oferta. A pesar de ello, aceptan la misión.

Los caballos están siendo terminados de domar y, además, Stephan les dice que aún tiene asuntos que atender en Kelvin y después en Ilyakana, así que se verán en el plazo de una semana en Sukiskyn, no antes. Para facilitarles las cosas, les reservará pasaje en el bote de Kalanos, un mercader, quien partirá de Kelvin la próxima semana y les puede dejar en un día en el ferry de Misha. Desde ahí, hay que hacer el camino a pie, pero solo es un día de camino.

Los tres estudiantes vuelven a su entrenamiento y Kälän Dräkäs les dice a Andrei Putov y Barbarel que ha encontrado un trabajo para los tres.


1 de Flaurmont del año 1000

Kälän, Khanabonim y Rogelio han terminado su período de aprendizaje. Todavía no son hábiles espadachines, pero es un paso adelante. Tras despedirse de Ursus, se reúnen con Andrei y Barbarel, quienes ya les esperan en los muelles. Allí, preguntan por Kalanos y dan con su barco. Se instalan en él y Rogelio le pregunta al capitán si hay algún inconveniente en subir su mula. Ahí empiezan los problemas.

Rogelio Despeñaperros, bardo


Kalanos se niega a subir la mula y, aunque se lo dice de buenas maneras a Rogelio, éste decide lanzarle un conjuro a Kalanos para hechizarle y así, poder subir su mula. Kalanos, quien no es la primera vez que ve un conjuro como ese, reacciona a tiempo y le propina un puñetazo al bardo que evita el éxito del conjuro. Comienza así un rifirrafe entre los dos en el que se insultan y se vilipendian, ya que los demás no permiten la pelea. Nadie ha visto nada y el asunto es un poco confuso. Kalanos no cesa de repetir que si ha matado a dragones, no le temblará el pulso por matar a un mequetrefe como este bardo, a lo que Rogelio responde con burlas. Las voces van en aumento. Para colmo, los curiosos se juntan a lo largo del muelle para ver la discusión, hasta que acaba llegando la guardia de la ciudad.

La guardia interroga a todos los implicados y a pesar de que conocen a Kalanos hace tiempo, las pruebas no están claras. Suerte para Rogelio, ya que el lanzamiento de conjuros está prohibido dentro de los límites de Kelvin. Como último berrinche, y viendo que nadie le cree, Kalanos se niega a transportar al bardo. Pero las buenas palabras y el pago, ya abonado por Stephan, le convencen de calmarse y admitir a Rogelio en el pasaje. Y a su mula. Finalmente el barco zarpa de Kelvin.

Kalanos, capitán de barco y ex aventurero (eso dice)


Tras unas horas de viaje, ocurre algo imprevisto. El barco se detiene de pronto, lanzando a la mayoría de los tripulantes a cubierta. Una lluvia de flechas cae casi inmediatamente. Kälän Dräkäs, que estaba en la proa del barco, logra mantenerse en pie gracias a sus rápidos reflejos. Rápidamente se descuelga por la barandilla de babor del barco y aprovecha para resguardarse de las flechas. Al estar en esa posición, observa con todo detalle el motivo de su repentina y brusca parada: una enorme cadena, atada a los árboles, se extiende desde una orilla del río hasta la contraria, impidiendo el paso de cualquier nave.

Más de una docena de bandidos humanos se encuentran apostados entre los árboles cercanos a la orilla del río. La mitad de ellos se lanzan hacia el agua, portando cuchillos entre sus dientes y comienzan a nadar hacia el barco; la otra mitad sigue lanzando flechas. Kälän Dräkäs planea su jugada y se lanza al agua en dirección a la cadena. Se agarra a ésta y con la fuerza de sus brazos avanza hacia la orilla opuesta al ataque.

Rogelio, Khanabonim y Barbarel están en el suelo y sólo ahora comienzan a actuar. Pero Andrei Putov ha logrado mantenerse en pie e inmediatamente saca su ballesta pesada. La carga, y comienza a disparar contra los atacantes, matando a un bandido de una certera saeta. Sin embargo, la suerte no está de su parte. Ajeno a su conocimiento, uno de los marineros del barco esta compinchado con los bandidos y acuchilla a Andrei por la espalda. La herida es grave, más no mortal. Así que tirando su ballesta a la cubierta, desenfunda su espada y de un tajo, repele a su agresor. Éste se revuelve e intenta matar a Andrei nuevamente, pero Andrei lanza un segundo golpe que resulta ser el definitivo: el marinero bandido cae muerto al suelo.

Los bandidos de la orilla siguen disparando sus flechas, mientras que sus compañeros continúan nadando. Barbarel se deshace de su armadura para poder saltar al agua y ayudar a Kälän, que continúa avanzando impasible. Rogelio se desliza por cubierta arrastrándose para evitar las flechas. Pero comete un error que le resultará fatal. Mientras avanza, queda al descubierto al pasar delante de la parte de la barandilla destinada a la pasarela. Una flecha se clava en su costado y muere instantáneamente.

Rogelio Despeñaperros, descanse en paz


Khanabonim sigue en el suelo y no es capaz de reaccionar. Kälän Dräkäs sigue avanzando raudo y ya está a punto de alcanzar la orilla. Barbarel, viendo esto, decide volver al barco. Andrei continúa disparando sus saetas, una vez libre de su atacante inesperado. Y los bandidos continúan nadando, acercándose cada vez más al barco. Finalmente, Kälän Dräkäs logra llegar hasta las cadenas anudadas al árbol y las suelta. El barco comienza a moverse, arrastrando la cadena. Kälän no tiene un momento que perder: se lanza al agua y comienza a avanzar a lo largo de la cadena, mientras el barco a su vez, tira de ésta al avanzar. En ese momento, Barbarel logra subir a cubierta.

Los bandidos apuran sus brazadas, pero está claro que el barco se les va a escapar. Kälän Dräkäs fuerza la marcha también, pero el barco avanza demasiado rápido. Quizás no pueda subir a bordo a tiempo. Cuando la popa del barco está a su altura, Kälän Dräkäs intenta subir, pero no lo logra. Más en ese momento Fernardo, uno de los marineros, agarra una cuerda y se la lanza a Kälän. En el último instante logra atrapar la cuerda y con la ayuda de la tripulación, consigue subir a cubierta. Los bandidos quedan atrás.

Tras las complicaciones, el grupo decide investigar el cadáver del marinero traidor. Descubren en su antebrazo un tatuaje que muestra unos grilletes unidos por cadenas. Es el símbolo del Anillo de Hierro, pero sólo Kälän Dräkäs logra reconocerlo ya que ha formado parte de esta organización y, por tanto, él mismo lleva un tatuaje igual. Kälän también se da cuenta de que la daga que portaba el traidor es mágica, y decide quedársela consigo.

Mientras tanto, Fernardo se enfada mucho con Kalanos. El capitán no ha tomado parte en la acción y el marinero le dice que está harto de oírle hablar de que si ha matado dragones y otros cuentos. No cree ni una palabra de lo que le ha dicho y le llama abiertamente cobarde. Kalanos, ofendido, le dice a Fernardo que queda expulsado de su tripulación, a lo que Fernardo le replica que de eso nada, que se marcha él antes y que se une al grupo de aventureros.

Tras algunas palabras más, subidas de tono, y unas pocas horas de viaje, finalmente el grupo llega al ferry de Misha, donde todo el grupo desembarca. Misha es la persona encargada del ferry que cruza el río, pero parece no estar en su cabaña. El grupo decide enterrar a su bardo fallecido y pasar la noche en la cabaña. Mientras descansan, Barbarel examina el libro de conjuros de Rogelio, y ve que tiene escritos varios conjuros que no conoce. Decide que se los estudiará cuando tenga tiempo. A lo lejos se oyen aullidos de lobo.

Después de unas cuantas horas y ya en noche cerrada, el grupo observa como se acerca a la cabaña un hombre lobo, seguido de unos cuantos lobos. Rápidamente, Kälän Dräkäs y Andrei esparcen el acónito que llevan frente a las ventanas y puerta de la cabaña. El licántropo se acerca pero no logra superar su natural repulsión a la hierba. Tras unos minutos, se aleja y la noche transcurre sin mayores problemas.


2 de Flaurmont del año 1000

El grupo se dirige hacia el sur, dirección Sukiskyn. Barbarel se ha estudiado por la mañana el conjuro de leer magia, para cuando pueda investigar los conjuros del libro de Rogelio. El grupo se pasa todo el día viajando y al atardecer se acerca a Sukiskyn. Cuando están a apenas cien metros, se percatan de un fuego al frente. Parece ser el caserío de Sukiskyn ardiendo. Se acercan, y cuando están muy próximos al puente que cruza el río para entrar en Sukiskyn, de entre los árboles y la maleza sale un grupo de goblins con hachas de mano y lanzas que salen disparadas hacia nuestros aventureros.


Continuar con Diario de campaña 6: El asedio de Sukiskyn

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